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"Menos de dos horas atascados en el cine", por Rocío Argüeso

Agosto es el mes de las vacaciones, es el mes en el que vayas donde vayas vas a tener que sacarte medio riñón y un hígado para poder pagarte tu destino paradisíaco, el mes en el que hasta tu abuela ha puesto a alquilar la casa del pueblo de Extremadura y la tiene completa, un mes en el que es más fácil que encuentres mesa en el bingo que una cabaña libre en lo alto de las montañas... Todo está lleno de gente, de turistas, y cuando decimos todo es ¡Todo! Estas aglomeraciones de gente sólo pueden desembocar en una cosa, y no es la playa precisamente. Los famosos atascos, las horas interminables esperando a que el coche de delante se mueva 3 centímetros más para sentir que estás avanzando, dos horas de espera para poder llegar al pueblo que ahora, plagado de gente, parece ya una ciudad. Tantas aglomeraciones de gente en sitios que no están preparados para acogerlas sólo traen colas, esperas, pérdidas de paciencia, accidentes, persecuciones fallidas y muchas más aventuras que utilizan nuestros directores para amenizarnos las esperas con algunas de las siguientes obras maestras.


Cada uno encaja las frustraciones a su manera. Unos prefieren ir a terapia y contarle a un especialista sus problemas, otros optan por tomarse la justicia por su mano. Los atascos son una de las principales frustraciones del ser humano, especialmente si son en un día de calor en Los Ángeles. El protagonista de Un día de furia (1993) lo sabe a la perfección. El director de algunas de las películas de Batman, Joel Schumacher, optó esta vez por algo menos fantástico y más realista dejando atrás a los superhéroes para contar la historia de alguien a quien podemos encasillar como un 'supervillano'. Michael Douglas interpreta al protagonista de esta dramática historia, Bill Foster, un hombre de a pie que, tras un repentino colapso de la circulación en un día tórrido, toma una actitud violenta contra todos. ¿Logrará la policía controlarlo? A veces pagamos nuestras frustraciones con los demás y éste es el claro ejemplo.


Al ir haciéndonos mayores, cada vez miramos más el tiempo. La hora a la que salimos de casa para ir a la playa es crucial, más que nada para no toparse con una retención que te quite las ganas del bañito de las 3:30. Mientras que algunos se vuelven locos con el tráfico, otros parecen disfrutar de estar horas y horas sin moverse del mismo sitio, como los italianos. En la comedia El gran atasco (1979), su director, Luigi Comencini, muestra cómo a muchos italianos les encanta recorrer en verano las autopistas del país. Tanto les gusta que este cineasta hizo una película que cuenta la historia de muchas historias, vidas que se entrelazan porque los integrantes de muchos coches se ven obligados a convivir y a charlar durante horas para poder soportar el atasco que tienen entre manos, algo similar a lo que firmó Juan Antonio Bardem, dos años antes, con El puente (1977), una versión 'a la española' protagonizada por Alfredo Landa. ¿Nunca te has preguntado qué esconden los del coche de al lado? En estos dos títulos descubrirás que a lo mejor la curiosidad no es tan buena.


Atasco es una palabra española, pero, como hemos podido comprobar, tiene hueco en todos los países. Volviendo y siguiendo con sus orígenes, en España y su cine hay otra película, Atasco en la Nacional (2007), de Josetxo San Mateo, que comienza también en una gran retención. Una familia española, cuyos cabezas de familia son el matrimonio formado por Pablo Carbonell y Anabel Alonso, va a comenzar sus vacaciones de verano. Acompañados de sus tres hijos, todos ellos sufren un cambio de planes cuando, tras el atasco, llegan demasiado tarde a su alojamiento y lo pierden. Cuando parece que la búsqueda de otro sitio para quedarse es el mayor de sus problemas, el realizador nos muestra que, por mucha suerte que tengas en la vida, siempre hay algo que se complica. Las aventuras de las vacaciones siempre son mejor en familia, ¡y los atascos también!


Es incalculable la cantidad de pensamientos que se agolpan en tu mente cuando estás en una retención. Primero estás tranquilo, intentando mantener la calma para que el resto de pasajeros estén calmados también. Después comienzas a estresarte, y acabas deseando que llegue algo que haga que todos desaparezcan al instante. La directora Mimi Leder decidió hacer sus fantasías realidad y apostó por la película Deep Impact (1998). En este filme se narra la historia de un meteorito que iba a impactar en la Tierra y de cómo la evacuación de muchas personas produjo un gran atasco en el que muchos pasajeros salieron de sus coches para admirar aterrorizados lo que se les venía encima. No son precisamente unas vacaciones en Alicante, pero sí unas en el espacio. Si estás en uno de estos grandes atascos, o simplemente tienes una hora libre en tu día a día, estas películas pueden darte consejos de lo que debes hacer si quieres un verano sin retenciones.