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Crítica: "No tengas miedo (Cobweb)", por Javier Collantes

De nuevo, el género del terror y el miedo acude a las pantallas de cine. Así, cada cierto tiempo, este entramado de sustos, apariciones, espíritus, continúan ofreciendo películas de cierto nivel comercial, salvo algún que otro film que no cumple las expectativas, un modo de entretener al espectador que, a través de las emociones, juega un gran papel entre lo que se ve y lo que existe. No tengas miedo (Cobweb) es un título dirigido con pulso, cine efectivo que cumple su cometido en la misión de pasar casi una hora y media de metraje en el devenir de casas encantadas y con influencias del espacio cerrado, cuyo montaje, encuadres, ritmo narrativo y situaciones llevan a preguntarse: ¿Qué está ocurriendo?


Una fotografía adecuada a su luz interior, y al espacio de un entorno casi claustrofóbico cuya atmósfera se siente y se ve a cada instante, contribuye a que No tengas miedo (Cobweb) a proyectar la historia de un niño de ocho años que vive atormentado por culpa de unos extraños ruidos, golpes que provienen de la pared de su dormitorio, y sobre los cuales sus padres insisten que son parte de su imaginación. Sin embargo, a medida que transcurre el tiempo, el miedo del niño aumenta comenzando a creer que sus padres están ocultando un terrorífico secreto. Con este argumento, la construcción del film, su hilo argumental y sus líneas de desarrollo ejercen y aplican fuerza en sus imágenes, las de una casa, un niño, fenómenos extraños, presencias, todo ello con un estilo de cine clase B que, además, intensifica la acción en algunos momentos.


Mientras que la banda sonora resulta la típica de las películas oscuras y, aun estando presente, no destaca, los intérpretes terminan por cumplir su papel, delimitando todos estos aspectos una cinta que gusta e impacta, que conjuga diferentes elementos, de manera sencilla pero eficaz, dejando al espectador, sin ser obviamente una obra maestra, ensimismado. Así pues, No tengas miedo (Cobweb) se sostiene en sus juegos y pasa a ser un manual de terror clásico, con fuerza, sin darse importancia, resultando una experiencia satisfactoria que se deja ver sin molestar a las sensibilidades de los amantes del arte cinematográfico, una puerta de cine para disfrutar, si no esperas algo, de las sorpresas que depara su 'tempo'.