Años treinta, Adelle y Helen (Reynolds & Winters) están atravesando un duro momento cuando sus hijos son condenados a cadena perpetua tras el asesinato de una mujer y la opinión pública no para de acosarlas. Adelle convence a Helen para marcharse ambas a California y montar una escuela de baile para niñas con la que tendrá gran éxito, aunque las cosas se volverán a ensombrecer cuando empiezen a recibir llamadas anónimas de un asesino que dice querer vengarse en ellas por lo que hicieron sus hijos...
Crítica
Puntuación del crítico: 5
Flojo film de suspense que a muchos les recordará producciones de estética similar como ¿Qué fue de Baby Jane? o Canción de cuna para un cadáver, con las que comparte muchas cosas: historias casi paraletas con la locura, el acoso o la luz de gas como eje motor de la historia y un reparto con viejas glorias hollywoodieneses tratando de reverdecer los laureles pasado, y lo que es más importante, las tres estas escritas por el mismo guionista, Henry Farrell, lo cual puede ser un buen anzuelo para aquellos a los que gustasen los citados films, aunque en mi caso, si yo hubiese sabido algo que ahora sé no habría visto esta película: su director es el mismo que aquella basura pestilente llamada Ruby donde Piper Laurie se paseaba arriba y abajo con el pene en formol de su marido tratando de invocar a su espiritu; por fortuna, no es tan mala como aquella, aunque tampoco es para tirar cohetes a no ser que a uno le excite o le produzca un insano placer el escuchar los berridos gallinescos de Shelley Winters cada cinco minutos, o que uno sea fans de número musicales horteras interpretados por niñas clon de Shirley Temple que harían llorar al mismisimo Satanás. Al final lo más destacable es el evidente lesbianismo que emana del personaje de Winters hacía Reynolds, la aparición de Agnes Moorehead como una radiopredicadora más interesada en ver como se llena el cesto de las donaciones que por salvar el alma de su congregación, y una absolutamente estupenda Debbie Reynolds en un personaje caricaturesco (una patética imitadora de Jean Harlow que se cree todavia joven) que podría habersele ido de las manos y del que sale victoriosa al dotarlo de un gran empaque dramático que hace que al final se luzca en la que es una de las mejores interpretaciones que yo le he visto hacer, y no soy fans de esta mujer. Por cierto, siguiendo con las actrices, Shelley Winters está horrenda en su faceta de lunática, una mezcla imposible entre la Ingrid Bergman de Luz de agoniza y la Glenn Close de Atracción fatal con conejos degollados incluidos.
Palmarés:
1 Nominación OSCAR: Mejor Vestuario.
Joan
Ficha de Película enviada por Logan D. el 26 de Marzo de 2009